sábado, 30 de junio de 2012

LA RUTA DEL CARES REPARADA


Resucita la ruta del Cares

El miércoles 4 de julio ya podrá recorrerse todo su trayecto, dos meses y medio después de que un desprendimiento la partiese por la mitad

La ruta del Cares volverá a la vida en cinco días. Un desprendimiento el pasado 17 de abril partió por la mitad este emblema del senderismo en los Picos de Europa y desde entonces cientos de aficionados a las caminatas han visto frustrados sus planes de completar el recorrido. Ya entonces los gobiernos asturiano y leonés pronosticaban que la solución llegaría para julio y, por una vez, los plazos parecen cumplirse. Tragsa, la empresa encargada de construir la pasarela que salvará el tramo hundido, había anunciado que la zona se abriría la semana que viene, y ayer el Ejecutivo de Oviedo confirmó que eso ocurrirá el próximo miércoles.
El desplome de mil toneladas de rocas ocurrido hace dos meses y medio se llevó por delante todo el ancho de la senda a lo largo de quince metros en la zona conocida como La Madama de la Huertona, en Culiembro. El lugar está casi en el ecuador del trayecto, a cinco kilómetros de Caín y a siete de Poncebos. Durante las últimas semanas la ruta del Cares no ha estado cerrada, pero los excursionistas, una vez llegados al punto del derrumbe, debían dar la vuelta. Una perspectiva poco atractiva que llevó a la mayoría a dejar la caminata para más adelante, porque el propósito prioritario del visitante es completar un recorrido especialmente frecuentado por viajeros vascos.
Durante estos dos meses y medio la empresa se ha empleado a fondo y sus operarios han trabajado incluso los fines de semana. Lo hicieron colgados de arneses y accediendo al lugar tras generosas caminatas. El objetivo lo merecía: la ruta del Cares es un atractivo de primer orden y el sector turístico de la comarca acusó una caída en las reservas de hasta el 60% tras el desprendimiento. El daño a la economía local se multiplicaría si persistiese esta situación para la temporada de verano, cuando miles de caminantes se calzan las botas en Poncebos.
Caballos y helicópteros
Para llevar a cabo la reparación, lo primero fue trasladar al lugar las piezas destinadas a construir la pasarela. Se trata de un emplazamiento remoto, de difícil acceso, y por eso fue necesaria la utilización de un helicóptero y caballos. Ahora, ya está construida la estructura metálica que soportará la pasarela, se han fijado los anclajes a la roca, se han colocado las correas y se han cosido al armazón las vigas principales.
Toda esta base servirá para sostener el entarimado de madera sobre el que caminarán los excursionistas a lo largo de estos quince metros. Además, está previsto que en este segmento se incluya un área de tramex, un emparrillado metálico que permitirá a los caminantes ver a través de él y sentir el vértigo de los 80 metros de vacío que tendrán bajo sus pies. La obra, en la que trabajan sin descanso seis operarios, costará 180.000 euros.
Que el miércoles se abra la zona a los montañeros no supone que se hayan concluido completamente los trabajos, ya que quedan pendientes ciertos remates cuya ejecución se simultaneará con el paso de los caminantes. El propio personal de obra regulará el paso de senderistas, con cortas interrupciones puntuales al tránsito.


En cualquier caso, el miércoles la senda más célebre de los Picos de Europa regresará a la vida y, si se repite la situación de cada verano, volverá a estar atestada de gente. Según las estimaciones de las autoridades asturianas, casi medio millón de visitantes acuden cada año a esta joya de la montaña asturiana.
Es lógico que la ruta del Cares sea magnética. Es lo suficientemente larga -doce kilómetros entre Caín y Poncebos, y diez más si se llega a Posada de Valdeón- para que no la desdeñe quien quiera hacer ejercicio, y lo suficientemente sencilla -solo hay dos kilómetros de subida- para ser accesible a personas con poca preparación física.
Noticia proporcionada por el correo.com